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JMoracastellanos

La Crisis No es para esconderse

Desde antes de que empezara esta legislatura que estamos viviendo y que agoniza en su final, ya se vaticinaba que el trabajo que tuviese que ejercer la fuerza política elegida por los ciudadanos, en la función de gobernar, no sería un trabajo sencillo. Para  percibir esta sensación y sentimiento, no era  necesario ser un experto economista, ni en ninguna gran materia.  El deterioro social  era tan visible y palpable,  que cualquier ciudadano de a pie, podría pronosticar una situación así. Pero sobre todo, lo que más ha  colaborado  a que el ciudadano perciba y sufra una situación de crisis tan importante en cuanto a volumen y extensión, ha sido entre otras cosas el incremento incesante del número de parados,  y la restricción del crédito, contribuyendo ambas cosas a la subida de la morosidad. Todo esto, es lo que los expertos han bautizado como  CRISIS FINANCIERA.

La CRISIS FINANCIERA,  se está manifestando con drásticas medidas económicas  en casi todos los aspectos. Evidentemente, los recortes se suelen dar en  las áreas sociales. Para ello, simplemente basta con leer cualquier periódico y confirmar los recortes en sanidad, salarios, educación y como no, ahora también nos penalizan más en  la manutención de nuestro patrimonio.

Sólo cabe preguntarnos, ¿los ciudadanos tenemos derechos, o sólo obligaciones?

En  la próxima legislatura, seguramente no se darán avances en esos campos, sino que se sufrirá un retroceso palpable. Seguramente, lo que vaya a acontecer, quedará lejos de lo vivido en años anteriores cuando nuestras tasas de empleo eran “más razonables”. Está claro, que cuando en un país crece el empleo, crece en inversiones, crece la actividad comercial, la economía se dinamiza y por lo tanto, también  crece en riqueza. Pero la riqueza que hemos vivido en años anteriores, era una riqueza volátil, síndrome de una burbuja económica que no estaba bien estructurada y  mucho menos aún  bien invertida.

 ¿Cómo deberíamos haber invertido en tiempos anteriores? _ Por ejemplo en fomentar el empleo estable en el que prevaleciesen del mismo modo los derechos y obligaciones de los empresarios y trabajadores,  apostando en una verdadera formación continua, invirtiendo en educación (base fundamental para que un país sea competitivo y reconocido en un bloque de países), incentivando en I+D+I, en ser líderes en exportaciones de aquellos productos autóctonos…. En fin, deberíamos haber fomentado una economía estable para garantizar una base de crecimiento prometedora.

 

La velocidad vertiginosa con la que nos afecta el deterioro económico,  está erosionando de tal forma nuestro bienestar, que no podemos asimilarlo muy bien. Son muchas preguntas las que nos hacemos, pero sobre todo hay una que genera muchos miedos: ¿qué va a pasar?

Nadie debería de mirar indiferente hacia otro lado, porque lo que hoy padecen muchas personas, también podremos sufrirlo nosotros en cualquier momento.

 A día de hoy, nos sentimos  cargados de negatividad para superar esta situación, porque así nos lo transmiten las circunstancias.

¡Es  necesario cambiar el chip!. Nos debemos de sentir con  ilusión, dinamismo,  y fuerza para superar esta situación. Es necesario que este sentimiento, se convierta en una realidad y  llegue  con fuerza a nuestros dirigentes políticos. Pero,  para ello, debemos ser capaces de trasmitirlo por todos y cada uno de los canales que tengamos a nuestra disposición.

La situación de deterioro  económico de las arcas públicas del estado, junto a la poca fluidez de crédito y la falta de liquidez que el sistema financiero está generando,  está minando las relaciones  entre las administraciones y los ciudadanos. Para solventarlo, nos hacen  partícipes en  recortes y mecanismos de austeridad que en ocasiones están faltos de cordura. Los ayuntamientos, son incapaces de mantener los servicios básicos, servicios que por otra parte se pagan con la recaudación  de  nuestros impuestos, y  que seguramente bien gestionados evitarían muchas gastos inútiles.

Para UPyD, ha  llegado el momento de mirar hacia adelante, de no esconderse en herencias recibidas, por ello además de habernos presentado en las pasadas elecciones municipales y autonómicas, nos presentamos en el Congreso de los Diputados, y en el Senado. Apostando siempre por un compromiso de fidelidad al ciudadano y con propuestas coherentes. Desde UPyD, creemos que es necesario el acercamiento de los políticos a la sociedad, no por nada, sino porque nosotros,  somos ciudadanos y no perdemos la noción.

Consideramos que el partido político o partidos políticos por los que apuesten los españoles en las próximas elecciones generales del 20N, no se puede excusar en la mala gestión del anterior. Es ya la hora de que cualquier partido comience a vender bien España, pero para ello, es importante recordar que también ha llegado la hora de ponerse a trabajar. No debemos de realizar el trabajo de cualquier manera, sino defendiendo los intereses de España, que no son otros que los nuestros, aboliendo la corrupción en todos los niveles, apostando por un trabajo ordenado y ejercido con sentido común sin tener que hacer concesiones a cualquier precio.

Desde UPyD, consideramos que la sociedad está tomando buena nota de todo lo acontecido y es por ello por lo que apostamos por los ciudadanos. El resultado de esta apuesta es que cada día somos más. Somos más porque consideramos que cualquier político debería tener responsabilidades jurídicas más allá del cese en su cargo, porque creemos que el estado de autonomía es bueno, pero deberíamos de sustraerles competencias devolviendo las que corresponden al Estado, porque no podemos financiar constantemente a los bancos con el dinero de todos y éstos, no reestablezcan el crédito,  porque apoyamos un empleo fijo, porque apostamos por las PYMES, porque nos basamos en que la educación es la mejor inversión a largo plazo, porque los ricos deben pagar según su patrimonio, no según uno intervalos impuestos y que les favorecen enormemente, es decir, somos más porque somos La Unión para el Progreso y  la Democracia.

 

En UPyD, estamos convencidos de  que se puede hacer mejor. Sólo, es cuestión de cambiar.

 

 

 

 

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